La Semana Santa Marinera de los Poblados Marítimos de València es un verdadero espectáculo: calles repletas de cofrades celebrando procesiones y eventos de la manera más solemne a escasos metros del Mediterráneo crean un ambiente mágico.
Si quieres comprobar esa atmósfera en primera persona, acércate al Cabanyal, Canyamelar o El Grao, los tres barrios a un paso del mar que más pasión ponen a las tradiciones de la Semana Santa.
El sonido atronador de los tambores, las cornetas que inundan las calles, los balcones que se engalanan para la ocasión con los clásicos tapices e imágenes religiosas que cuelgan de las fachadas…
¡Y los olores!
Olor a los guisos típicos de la Semana Santa que se cuelan por las ventanas de las casas igual que en los pueblos.
Platos que mezclan legumbres, bacalao, atún y otros ingredientes casi siempre fieles a la tradición cristiana de no comer carne en Cuaresma ni en Viernes Santo.
Pero esas recetas dulces y saladas no se quedan en los Poblados Marítimos de València; los manjares clásicos de Semana Santa y Pascua se dejan ver por toda la ciudad, en sus restaurantes, mercados, pastelerías y obradores.
Para que pruebes el sabor de la Semana Santa en València aquí va un recorrido por los platos más típicos.
Esas delicias que hay que saborear en Semana Santa y Pascua sí o sí porque el paladar es un viaje en el tiempo, una visita a los sabores propios, a las vacaciones de antaño, a lo auténtico de la identidad de cada pueblo.
¿Empezamos el viaje?
Nos atrevemos a afirmar que estamos ante la tapa estrella de la Semana Santa valenciana. Tanto que, afortunadamente, se han hecho un merecido lugar en las cartas de los restaurantes todo el año.
También las encontrarás como buñuelos, albóndigas de bacalao o mandonguilles d’abaetxo, su versión en valenciano.
Esta fantasía de croqueta a base de patata y bacalao con su poquito de ajo y perejil suele tener una textura más que esponjosa por dentro y algo crujiente por fuera.
Para catarlas en sus versiones más acertadas, dirígete al restaurante Pelayo Gastro Trinquet, enclavado junto al único trinquete de pelota valenciana que queda en la ciudad, o a Casa Montaña en El Cabanyal, a Sagardi Cocineros Vascos, al céntrico Orio…
Espera, que hay más locales dignos de mención: La Alegría de la Huerta en la Malvarrosa Meraki Beach & Sky Restaurant en la playa de la Pobla de Farnals, La Marítima en el Veles e Vents, La Mozaira en Alboraya, el Tridente del Hotel Neptuno, La Cuadra y el tradicional Casa Quiquet, que también las hacen deliciosas.
Un escabeche siempre es una buena cosa pero en Semana Santa es perfecto para dejarlo hecho y tener de qué echar mano, que son días de gran trajín en las casas. Y está tan bueno que son muchos los que lo cocinan todo el año.
El de sardina es muy típico de las fiestas por aquello de que es de pescado.
¿Dónde probarlo?
En la Bodega Casa Montaña del Cabanyal las preparan deliciosas.
Es tiempo de habas, ergo… habas con chipirones para evitar la carne pero elaborar un plato delicioso con lo que da la tierra.
La textura de este plato es cosa fina, de verdad. Entre pan, en tosta o a la cazuela, es un plato a tener muy en cuenta y que puedes disfrutar en Tridente, el restaurante del Hotel Neptuno frente al mar y en el tradicional La Càbila.
Y luego hay otros restaurantes que han reinterpretado el plato como, por ejemplo, Casa Quiquet con su salteado de habitas tiernas con setas ecológicas.
Si eres de la terreta la debes haber probado de mil maneras porque es un plato de esos que se hacen en todas las casas y que ha trascendido las fronteras de la Semana Santa.
También conocido como el pisto valenciano, consiste en una fritada de tomate, pimiento rojo y verde con piñones y sazonado con ajo, aunque hay quien prefiere omitirlo y, aquí viene lo realmente especial: incluye tonyina o tollina de sorra, que es ventresca de atún en salazón.
Como imaginarás, se encuentra por doquier: Pelayo Gastro Trinquet, La Alegría de la Huerta, Meraki Beach & Sky Restaurant, La Mozaira y Tridente lo tienen en la carta.
Y hay otros como La Marítima y Sabbia que lo ofrecen sobre una coca.
Si hay algo típico de verdad en València en Pascua son los pepitos ―junto a la mona, de la que hablaremos luego―.
¿Qué es un pepito?
Es un panecillo al que se le quita una de las puntas, la miga y se rellena de titaina.
Esto no acaba aquí: luego se tapan con un palillo tradicional y la punta que habíamos quitado para que no se salga el relleno, se bañan en leche, se pasan por huevo y se fríen. Casi nada.
Lo sabemos: mueres por probarlos.
Dirígete a dos pesos pesados del Cabanyal: Casa Montaña y La Sastrería.
Plato de Cuaresma por antonomasia, el potaje de vigilia es la receta más tradicional para los viernes de esa etapa del calendario religioso y también de Viernes Santo.
Este guiso a base de garbanzos, bacalao, espinacas y coronado por huevo duro picado es perfecto para la habitual fría humedad de la época: calienta el cuerpo, es nutritivo, sabroso y no incluye carne.
Para degustar esta maravilla tras un «chup, chup» largo que saca a relucir su contundente sabor, lo mejor que puedes hacer es ir a Casa Montaña, aunque muchos restaurantes lo suman a sus menús especiales de Semana Santa.
Después de probar la sepia encebollada típica de la Semana Santa y Pascua valencianas tu concepto de este cefalópodo que acostumbramos a tomar a la plancha cambia para siempre.
Como su nombre indica, es sepia cocinada con cebolla a fuego lento con un buen aceite de oliva, laurel, piñones y una pizquita de pimentón hasta que todos los ingredientes traben formando casi un todo.
La costumbre original es tomarla en bocadillo, pero acompañarla de patatas fritas es una delicia. Lo que está claro es que pan vas a necesitar.
¿Dónde ir para probarla en su forma más tradicional? Pon dirección a Casa Montaña y La Marítima.
Si estás en València y nunca has probado un suquet de peix, te falta algo.
Este guisote tan pegado a la tradición mediterránea es una receta que requiere de bastante elaboración e ingredientes: tomate, ajos, perejil, avellanas tostadas trituradas, patatas, pan frito, caldo de pescado y, en Semana Santa congrio, aunque también se hace con otros pescados.
El resultado es un plato aromático y sabroso que requiere de pan para mojar, sí o sí.
Un buen lugar para probarlo es la taberna marinera Destino Puerto, en la Marina Real a orillas del canal y frente al Veles e Vents.
A estas alturas ya te habrás dado cuenta de que el bacalao es un ingrediente esencial en la propuesta gastronómica típica de València en Semana Santa.
Y aquí viene otra receta que te teletransporta a ese sabor de antaño del que hablábamos antes: el bacalao de Cuaresma.
¿Qué lleva? Alcachofas, una salsa de almendras, ajos, pan tostado y perejil, huevos duros para espolvorear y bacalao desalado, claro. Una vez más, acompañar de un pan consistente es esencial para mojar la salsita.
En Destino Puerto lo bordan, acércate a probarlo y pide una cuchara, que de esa salsa no puede quedar nada en el plato.
En una lista de platos típicos valencianos de Semana Santa no puede faltar la sardina de bota o sardina xafada a la porta, que significa que se pisa con la bisagra de la puerta.
En serio; esta tradición viene de muy lejos y se hacía para que se soltaran las escamas y espina de esta sardina en salazón que se envolvía en papel de estraza.
Sí, los salazones son un elemento básico en la gastronomía tradicional valenciana.
Pero no se toma sola sino acompañada de pimientos verdes y huevos fritos. Una locura.
Para deleitarte con este trío tan espectacular puedes hacerlo a la hora del almuerzo o almorçar tan emblemático de València en muchos bares, pero si quieres ir a lo seguro, ve al Cremaet, en la Avenida del Puerto.
¿No pensarías que te íbamos a dejar sin postre?
De eso nada, mira qué dos perlas de categoría tenemos en València en Semana Santa:
Vale, las torrijas no son solo típicas de la Semana Santa valenciana, pero ¿qué dirías si te contásemos que la versión de la terreta no se sumerge en leche sino en horchata antes de freírla?
Por si hay alguien que no lo sepa, las torrijas son un dulce típico de Semana Santa y Pascua que se elabora con rebanadas de pan bañadas en leche y pasadas por huevo batido. Luego se fríen en aceite bien caliente hasta que quedan doradas.
Se dejan enfriar y se pasan por una mezcla de azúcar blanca, canela y ralladura de limón.
Hasta aquí todos de acuerdo, pero luego llegamos los valencianos dándole nuestro punto al bañar el pan en nuestra bebida de chufa más autóctona; el resultado es impresionante.
Hay muchos restaurantes como Vaqueta que las ofrecen en esta versión o en la tradicional de leche y no solo en Semana Santa; es de esas recetas que han traspasado el calendario religioso.
También puedes probarlas en sitios como Casa Montaña, Canalla Bistro Bar, Doña Petrona, La Alegría de la Huerta, Meraki Beach & Sky Restaurant, La Marítima, La Mozaira, Tridente, Coso del Mar.
Y si quieres probar otro giro de la torrija, en La Cuadra las preparan de cremaet y de crema de arroz. Muuuy ricas.
Otro emblema de la gastronomía valenciana en Semana Santa y ya todo el año es la coca de llanda, llamada así porque se hace sobre un molde de latón de toda la vida.
No hay receta de postre más deliciosa y fácil de hacer que este bizcocho tan sencillo como versátil. En Pascua la tradición manda tomarla mojando en una taza de chocolate bien espeso o, al menos, acompañarlo de una onza para desayunar o merendar.
Comprar coca de llanda o coca boba es muy fácil porque la mayoría de los hornos y panaderías tradicionales tienen a diario.
Y algunos restaurantes como Meraki Beach & Sky Restaurant, La Mozaira y Tridente también la incluyen en sus menús.
Este ABC de recetas de la Semana Santa Valenciana va tocando a su fin, pero no puede acabar sin mencionar a dos clásicos entre los clásicos de la temporada.
La longaniza o llonganissa de Pascua no es un embutido cualquiera: es eso, una longaniza, pero alargada y bastante especiada que se deja secar para comerla en crudo.
No hay merienda pascuera que no incluya al menos un cachito de este manjar: bocadillo en una mano y longaniza en la otra, esa es la estampa de la felicidad en las reuniones con amigos en Pascua.
Pásate por el Mercado Central, el de Ruzafa, Cabanyal o cualquier otro de los Mercados Municipales de València, que allí encuentras seguro.
Mona, panou o panquemao es como llamamos a este dulce típico de Pascua en València, y probablemente el único que no encontrarás en otras épocas del año.
Herencia de la época árabe, esta delicia es un bizcocho hecho de harina, huevo y azúcar que se toma los días de Pascua a la hora de la merienda, después de ese bocata con su trozo de longaniza de Pascua que explicábamos más arriba.
Su forma es redonda y en el centro lleva un huevo duro incrustado, aunque en los últimos años a veces se sustituye por uno de chocolate.
Si lleva huevo en el centro, anisetes por encima y su tamaño es para una persona, hablamos de la mona de Pascua.
Y si viene solo con un poco de azúcar por encima, panquemao o panou; en este caso puede ser individual o para compartir porque los hay de muchos tamaños.
Como decíamos antes, la mona solo se vende los días de Pascua. Eso sí, están por todas partes: no hay horno, pastelería, e incluso supermercado que se precie, que no tenga monas con huevo duro y de chocolate.
Lo del panou es más fácil porque es un producto que muchos han añadido a su oferta de todo el año. Para comprarlo tendrás que buscar los obradores de la ciudad y puestos de los Mercados Municipales que lo tienen, que son muchos.
Y hasta aquí nuestro listado de platos típicos de Semana Santa en València; aprovecha la temporada para probarlos, contagiarte del ambiente de la ciudad, visitar sus barrios más devotos y hacer tu propio ranking de recetas valencianas pascueras.