Los regalos que el visitante puede adquirir para recordar la ciudad van de la comida a la cerámica, pasando por el arte y el textil. Con un poco de buen gusto, el acierto con souvenirs valencianos está asegurado.
Por mucho que te lleves València en el corazón, también puedes echarte un pedacito al bolsillo. El souvenir tiene como objetivo devolverte los buenos recuerdos de tus vacaciones o trasladarle a alguien lo mucho que has sentido su ausencia durante las mismas (ejem). Pero para que surta efecto, es esencial escoger bien y no comprar a la primera de cambio. En el centro de la ciudad, especialmente en la zona que bordea la Catedral y el barrio del Carmen, pero también alrededor de los grandes monumentos, como la Ciutat de les Arts i les Ciències, encontrarás tiendas con una oferta muy amplia. Antes de lanzarte a la aventura, aquí tienes un mapa a de ruta. Una lista de sugerencias para alejarte del clásico imán de fideuà y la figurita de la flamenca/fallera.
- Comida. Te han dicho que València es paella. Bueno, pues resulta que hay mucho más. Evidentemente puedes comprarte una bolsa de arroz, y mejor si lleva el sello de la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.), pero quizá te interese saber que la Comunitat cuenta con otros muchos productos certificados. Es el caso del aceite, la naranja o la chufa, así como la alcachofa de Benicarlò, el kaki de la Ribera o el turrón de Xixona. Puedes encontrar muchos en los mercados municipales, especialmente el Mercat Central, pero también en tiendas especializadas, como la adyacente Original CV. La ciudad también mantiene un romance con la repostería que alegrará a los amantes del dulce, ya apuesten por la tradición de comprar pastissets de boniato en el Horno de San Bartolomé, o se atrevan con las divertidas propuestas de la chocolatería Utopick.
- Bebida. Si hablamos de D.O., es imposible olvidar los vinos de Utiel-Requena, ya sean de grandes bodegas o pequeños productores. En la ciudad hay tiendas históricas, como Navarro Bodeguero, que dispensa cientos de referencias locales, o Bodegas Baviera, una casa fundada en 1870 que merece una visita de por sí. También ejercen de licorerías, con productos tan característicos como mistela, cazalla o Agua de València, además de variedades destiladas con los productos más típicos, como el licor de chufa. València también es ciudad de cerveza artesanal, con marcas como Tyris, La Socarrada, Abadía, Zeta o Altura de Vuelo. Aunque se pueden adquirir en distintos comercios, algunas tiendas especializadas son Las Cervezas del Mercado, en pleno Mercado de Colón, o La Boutique de la Cerveza, con importaciones de todo el territorio nacional y extranjeras.
- Cerámica. La tradición de la cerámica se enreda profundamente en las raíces de los valencianos, con focos de alfarería tan importantes como Manises o Paterna, de donde son tradicionales los ‘socarrats’. La Comunitat es cuna de firmas tan relevantes como Lladró, con tienda en la calle Poeta Querol, o Porcelanosa, en la calle Colón. No obstante, también es posible adquirir souvenirs más económicos en el Centro de Artesanía de la Comunitat, cercano al IVAM, o en los comercios históricos de los productores locales. La Plaza Redonda, que celebra un mercadillo todos los domingos por la mañana, concentra la mayoría: la histórica Casa de los Botijos, Colla Monlleó o Chez Ramón, entre otros. Y por cierto, mucha atención si visitas la ciudad en mayo. En la Plaza de la Reina se celebra el Mercado de L’Escuraeta, que prodiga los recipientes de barro cocido.
- Arte contemporáneo. Como bien sabes, el recorrido por los museos siempre termina en un mismo punto, y no es otro que la tienda. La Librería Dadá es un auténtico templo del arte, que se encuentra tanto en el Muvim como en el Ivam, con un amplio repertorio de catálogos, libros, revistas, fanzines y láminas sobre diseño, arquitectura, cómic y fotografía. La ciudad también cuenta con galerías que dan impulso a los nuevos creadores, con dos ejemplos claros en Ruzafa como son Espai Tactel o Pepita Lumier, esta última dedicada al mundo del dibujo y el cómic. Una propuesta muy original es la de Atypical Valencia, tienda de regalos especialmente vinculada al diseño, donde hay camisetas ilustradas de la mascletà, juegos de construcción del Miguelete o recortables de fallera, que elevan el concepto del suvenir arquetípico a una categoría superior.
- Indumentaria. La industria textil es un fiel reflejo de la historia valenciana. La seda teje un rico legado comercial, como constata la Lonja, y todavía hoy es indispensable en el traje regional de fallera. Más allá de las telas con espolín, son regalos habituales los mantones de Manila, los delicados aderezos y las peinetas, que se venden en casas tan afamadas como Rafael Català o Tejidos Dalila. En un rango de precios menor, otro accesorio típico es la alpargata, que puede comprarse en tiendas como L’Espardenyeria Valenciana o en las inmediaciones de la plaza de la Merced. Tal vez hayas oído hablar de la ‘Calle de las Cestas’, cuyo nombre auténtico es Músico Peydró, pero debe el apodo a los productos de mimbre que exhiben sus tiendas y sus puestos a pie de calle. Si bien la cestería es el reclamo fundamental, también hay bolsos y zapatos de esparto.
- Deporte. En una ciudad tan activa como esta, los símbolos deportivos son también identidad local. València cuenta con dos equipos de fútbol en primera división. El Valencia CF tiene su tienda oficial en el estado de Mestalla, pero también una megastore en plena Plaza del Ayuntamiento. Se pueden encontrar equipaciones, botas y balones, pero también un brazo robótico que entrega camisetas serigrafiadas en mano. La Tenda Granota del Levante UD también tiene enclave en el estadio y en las inmediaciones de Colón. Sin embargo, los accesorios futboleros no son los únicos que puede constituir un buen regalo: es característica la vestimenta taronja del Valencia Basket, los accesorios moteros del Circuito Ricardo Tormo o los complementos de vela que ponen a la venta en el Real Club Náutico de Valencia (RCNV), pero también en otras tiendas de la Marina.
- ¿Y qué pasa con los clásicos? Si pese a todo prefieres los imanes de nevera, las tazas con dibujitos y las postales de toda la vida, date un paseo por la plaza del Ayuntamiento, de la Reina y de la Virgen. No te costará encontrar ejemplares únicos de souvenirs valencianos, a cual más llamativo. Una visita obligada es la Tienda de las Ollas de Hierro que, con más de 200 años de historia, sigue siendo la más antigua de València. Que no te engañe su nombre, porque conserva retazos de todos los comercios que ha albergado, desde mercería a orfebrería, pero especialmente imaginería religosa y artesanía fallera. Ahí es nada.