¿Eres uno de esos viajeros insaciables que siempre quieren más? Si la oferta de Valencia te parece poco, ¿por qué no complementarla con algunas excursiones a sus alrededores? En un radio de aproximadamente una hora, encontrarás castillos, palacios, monasterios, yacimientos arqueológicos y otras muchas muestras del rico legado histórico de la provincia, así como una naturaleza agreste y una gastronomía local para chuparse los dedos. ¿A qué esperas para lanzarte a explorar?
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Si buscas aventura, lánzate a explorar el río Júcar, que discurre al sur de Valencia. Puedes practicar el kayak, piragüismo o pádel surf en sus tranquilas aguas fluviales, o recorrer su ribera a caballo o en mountain bike. También tienes rutas de cicloturismo más relajadas por los arrozales que bordean la Albufera, o entre los campos de naranjos de Carcaixent. Ya que estás entre arrozales, ¿por qué no aprovechar para aprender a hacer una auténtica paella valenciana? Y si te gustan los dulces, no te pierdas el Museo del Chocolate de Sueca, y no te vayas sin probar el típico panquemao d’Alberic.
Junto a la desembocadura del Júcar, Cullera ofrece extensas playas de fina arena donde practicar deportes náuticos o simplemente relajarse al sol. Descubre su enigmático pasado de saqueos piratas en los siglos XV y XVI en la Cueva Museo del Pirata Dragut, y disfruta de su rico patrimonio histórico y artístico en una visita a su castillo de origen árabe. Cullera es tierra de arroces y en sus restaurantes encontrarás infinitas variedades: caldosos, melosos, con carne, con marisco, paellas... ¿Por cuál te decantas?
Adentrándose en la provincia, al sur de Cullera, el valle de la Valldigna rezuma historia en cada rincón. Ya el rey Jaime II de Aragón quedó impresionado por su belleza, considerándolo un “valle digno” de un gran monasterio (de ahí su nombre). El Real Monasterio de Santa María de la Valldigna, fundado en 1298 en la población de Simat, o la Cova del Bolomor, un importante yacimiento paleolítico, son algunas de las visitas que no te puedes perder. Pero para apreciar el verdadero encanto del valle, lo mejor es un recorriendo por pueblos como Benifairó o Barx. ¡Una tierra llena de sorpresas!
Si te enganchó la serie de TV de Los Borgia, o simplemente te intriga saber más sobre esta famosa dinastía, no puedes dejar de visitar el Palacio Ducal de los Borja (o Borgia) en Gandía, la capital de la comarca de La Safor. No solo es uno de los más bellos ejemplos del gótico civil valenciano, sino todo un muestrario de diversos estilos arquitectónicos, lo que le valió su declaración como Bien de Interés Cultural. Tras la visita, disfruta de un tapeo por la ciudad, o acércate al Grau de Gandía para saborear los pescados más frescos.
La Vall d’Albaida es otro pintoresco valle de poblaciones con encanto como Quatretonda, Luchente o Benissuera, y marcadas tradiciones, que se extiende hacia el interior desde Gandía. Aquí encontrarás espacios naturales donde hacer senderismo o cicloturismo, así como castillos, ermitas, antiguos molinos y refugios militares. Su rica gastronomía te tentará a hacer una, o varias paradas en el camino: para probar sus tradicionales embutidos, hacer una cata de vinos o de aceites, o simplemente disfrutar de un buen esmorzaret a media mañana. ¿Te apuntas a hacer la Ruta de los Almuerzos? Tienes hasta el 20 de junio para participar en esta sabrosa oportunidad.
Bocairent es una de las poblaciones más destacadas en la Vall d’Albaida. Piérdete por su barrio medieval, con sus típicas casas apiñadas y sus callejuelas empinadas, y disfruta de las mejores vistas del valle desde sus miradores. Visita sus famosas “Covetes dels Moros” y no dejes de visitar su plaza de toros excavada en su mayoría en roca viva.
La ardua subida al Castillo de Xátiva, fortaleza milenaria en lo alto del monte Vernissa, recompensa con vistas espectaculares sobre la ciudad y sus entornos. Xátiva es la cuna de la dinastía de los Borja, y aquí puedes seguir su legado, visitando los edificios más destacados, como la casa natalicia del papa Alejandro VI. En el recorrido por sus calles encontrarás palacios y casas señoriales, y joyas arquitectónicas como la Colegiata Basílica de Santa María de La Seo, de estilo renacentista. No dejes de visitar el Museo del Almudín, para descubrir por qué el famoso cuadro de Felipe V, pintado por José de Ribera, se expone boca abajo.
La comarca de La Canal de Navarrés puede que no sea uno de los destinos más conocido de la provincia. Sin embargo, alberga un auténtico tesoro. En los abrigos de Río Grande y Millares se encuentra una buena parte de la colección de arte rupestre del arco mediterráneo que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Haz un recorrido por poblaciones como Anna, Chella, Bolbaite, Quesa, Bicorp, Estubeny, Millares o Navarrés y date un chapuzón en alguno de sus lagos y pozas naturales, como el Gorgo Catalán o los Charcos de Quesa. El bello entorno natural ofrece también múltiples oportunidades para hacer senderismo, rutas BTT o barranquismo.
Al norte de Valencia, el Monasterio de El Puig de Santa María es un auténtico sitio de leyenda. Mandado construir por el rey Jaume I en el siglo XII en un enclave estratégico, combina un santuario de estilo gótico con un convento renacentista. Puedes apuntarte a diferentes visitas guiadas que te trasladarán a los tiempos de la conquista de Valencia, una era de caballeros y princesas. ¡Los más pequeños pueden incluso ir disfrazados de época! También puedes descubrir la historia más reciente de El Puig, visitando refugios y trincheras de la Guerra Civil.
De camino a Castellón desde Valencia, enseguida se vislumbra la silueta del Castillo de Sagunto, una impresionante fortaleza de casi un kilómetro de longitud en lo alto del cerro que protege la ciudad. De origen íbero, el castillo resistió el asedio de las tropas cartaginesas de Anibal en el siglo V, y conserva numerosos restos de la era romana, como el foro o el parcialmente reconstruido Teatro Romano, donde cada verano se celebra el festival de teatro Sagunt a Escena. También por la ciudad encontrarás espacios arqueológicos que muestran la antigua Saguntum romana, como la Casa dels Peixos. Acércate también al Puerto de Sagunto para descubrir su patrimonio industrial o darte un paseo por sus playas.
Si quieres escapar del trajín urbano, nada mejor que el Rincón de Ademuz, un espacio tan remoto que incluso está físicamente separado del resto de la provincia de Valencia. Disfruta de su bello entorno natural y su patrimonio histórico con los cinco sentidos, gracias a un programa de experiencias que incluye paseos por el río Bohilgues, visitas al asentamiento íbero de La Celadilla, o un viaje al pasado en la aldea de Sesga, un lugar literalmente detenido en el tiempo desde 1964. Y, por supuesto, no puede faltar una degustación de los productos típicos de la zona.